Carga soportada por el anclaje del desviador

domingo, 22 de febrero de 2009 · 4 comentarios


A la hora de montar anclajes, es importante saber la carga que puede llegar a soportar el anclaje de un desviador, en función de la carga del anclaje principal y del ángulo que forma el triángulo formado por la carga, el anclaje principal y el anclaje del desviador.

En la imagen se muestra esta información. Creemos que es importante memorizar el ángulo de 120º, debido a que es en este ángulo donde el anclaje del desviador se sobrecarga al 100% de la carga que soporta el anclaje principal. De aquí en adelante, cuanto más cerrado sea este ángulo, mayor será la sobrecarga, hasta llegar al efecto polea (ángulo de 0º), donde la sobrecarga en el anclaje del desviador será del 200%.

Creemos que ésta es una información importante de cara a no subestimar el efecto de sobrecarga que puede afectar al anclaje de un desviador, evitando así posibles accidentes por rotura del anclaje.

Asegurar con seguro precario...

lunes, 16 de febrero de 2009 · 0 comentarios

   Estas son algunas fotos que hicimos durante la práctica de aseguramiento utilizando como anclaje a un compañero, y rapelando con equipo autónomo. Hemos hecho un estudio más o menos estricto que hemos colgado en la página web cuyo enlace os proporcionamos al final, por si alguien desea descargárselo y ojearlo con más detenimiento.
   Entendemos que es una práctica "peligrosa", puesto que hay unos factores de los cuales depende la resistencia del sistema, como son el peso de bombero que actua como anclaje, el peso del bombero que rapela, el elemento intermedio entre el bombero asegurador y el bombero rapelador y el ángulo que forma la cuerda en su paso por el elemento intermedio. Por supuesto, para realizar la práctica pensamos que se debe reasegurar el anclaje (bombero) y, como no, también en un servicio real siempre que se pueda.
   La idea de la práctica es adquirir soltura para poder acometer un servicio en el que no encontremos anclajes posibles.
Luis preparado para asegurar el rapel

Paco iniciando la maniobra de salida

Paco regulándose para salir a fachada

Paco iniciando el rapel

Paco finalizando el rapel con éxito
   Si quieres descargarte la presentación de la práctica, haz click aquí...

Compañero, tu también puedes sufrir un accidente...

jueves, 5 de febrero de 2009 · 0 comentarios

   Hay estudios científicos que afirman que los accidentes se producen por la confluencia en un mismo espacio y tiempo de varios factores, siempre más de uno. Sin embargo, también afirman que la posibilidad de que se produzca el accidente es remota de manera que “por cada accidente con daños físicos hay 30 con daños materiales y 600 sin efectos materiales o humanos, a veces denominados incidentes (Dejoy, 1990)”.

   Sin embargo, los expertos dicen que hay ciertos factores que influyen más que otros, el lugar de trabajo, las condiciones de trabajo, y otros factores, pueden favorecer el accidente.

   Nos debiéramos preguntar, pues, en donde desarrollamos nuestro trabajo y en qué condiciones, y tal vez nos daríamos cuenta que estamos potencialmente expuestos a un accidente. Seguidamente nos podríamos preguntar cuantos son los factores, en un momento determinado, necesarios para que se produzca el fatal accidente, y cuales de ellos ya se dan (tal vez hemos dormido mal, este lloviendo y se halla derramado algo de aceite en el piso).

   No os quepa duda de que todas estas reflexiones tienen un destino, no se trata del discurso de un pesimista que tiene miedo de salir a la calle por si ese día le cae una maceta encima.

   Mi objetivo no es otro que el de armarme con un argumento sólido, basado en estudios científicos, para contrarrestar con eficacia la respuesta que se suele dar, cuando a alguien que, por costumbre, ejecuta mal un nudo, no usa el equipo de seguridad adecuado, etc., se le pregunta que porqué no modifica su actitud. Su respuesta suele ser que no pasa nada por no hacer un nudo bien porque al fin y al cabo la cuerda no se va a romper, que no pasa nada por no ponerse cierto equipo de seguridad porque las condiciones tampoco son tan duras.

   En definitiva, pienso que de todos los factores que en un momento dado pueden desencadenar un accidente, hay algunos que podemos controlar y otros no. No podemos controlar la lluvia ni el viento, no podemos controlar el tener un mal día. Sin embargo, sí podemos controlar el realizar bien un nudo, el usar un equipo adecuado, eliminando así ese factor, que bien podría ser el decisivo para que se produzca el fatal accidente.